domingo, 2 de febrero de 2014

UN MUNDO AL REVÉS

Osito es zurdo.
Sí, es pequeño para estar definido, todavía puede cambiar, bla, bla, bla. Pero yo os aseguro que es zurdo.

A veces le observo y me sorprende su visión del mundo, en espejo a la mía. Suele andar al lado contrario de donde yo le espero (lo que me pone nerviosa muchas veces porque tengo que dar la vuelta entera para encontrarle), los objetos de uso común aparecen en el lado contrario cada vez que él los usa y tiene que ponerse los zapatos 2 veces porque casi siempre los cambia de pie.
Gira la llave y las tapas de rosca hacia el lado contrario, sujeta la guitarra al revés y sube las escaleras por donde los demás bajan teniendo que esquivarlos a todos. Mira los cuentos hacia atrás, dibuja de derecha a izquierda y no consigue usar un sacapuntas.

De momento estas cosas son simples curiosidades, pero cada vez me doy más cuenta de las pequeñas dificultades que va a encontrar en su día a día.

Las tijeras, las plumas estilográficas, las reglas, las libretas de espiral, los cuchillos, incluso los coches están pensados y diseñados para diestros. Es cierto que existen variedades para zurdos, pero no siempre va a encontrar allí donde vaya.

En ciertos países todavía se enconde la zurdera y son considerados sucios o malditos. Incluso nuestro lenguaje está lleno de referencias negativas hacía ellos, son los "siniestros", los "maldestres" (patosos en catalán), nadie quiere levantarse con el pie izquierdo y los supersticiosos tiramos la sal sobre el hombro izquierdo para que el diablo no vea lo que hemos hecho.

Va a tener que aprender a funcionar en un mundo que no le entiende, que sigue unos patrones en espejo a los suyos, y que le va a exigir lo mismo que a los demás. Un zurdo en un mundo de diestros. Un osito que ve el mundo al revés.


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