martes, 5 de mayo de 2015

MUERTA Y ENTERRADA

Sabía que tarde o temprano iba a ocurrir.

Salir de las redes sociales fue una decisión personal, compleja y, en principio, temporal.

Pero desaparecer del mundo tiene sus inconvenientes. El mundo sigue girando aunque no estemos en él.

Hoy he descubierto que alguien ha decidido usar mi nombre. Ya no sólo lo que escribo no saldrá jamás a la luz sinó que corro el riesgo de que alguien se apropie de lo que tengo publicado.

Reconozco que es absurdo. Yo no publico, no me promociono. No tengo cuenta en twitter, en facebook ni en ninguna red social. Nadie me conoce, nadie sabe que hago, cuando ni con que motivo.

Aún así...

Me siento ultrajada.

Mi nombre, mi identidad, mi espacio. Ahora son de otra.

He estado tentada de ponerme en contacto: "Hola, ¿sabes que me has robado el nombre? ¿No has pensado que con una simple búsqueda en google saldría yo? Ah, sí lo has hecho y te da absolutamente igual. Genial. Que te vaya bonito"
No sólo suena tremendamente absurdo, sinó que yo no sé hacerlo.

En fin, si alguna vez llegas aquí que sepas que no tengo derecho a reclamar nada, pero doler duele.

Duele muchísimo.